En el mundo (de los sueños) tendréis aflicción…

Durante las últimas semanas, he tenido sueños con un tema recurrente y me parece que ya era hora de compartirlo.
La Biblia es muy clara cuando dice en 2 Corintios 4:17 «Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria». Pero, a nadie nos gusta pensar en la tribulación o en los problemas ¿cierto? Y cuando esos problemas te siguen hasta en los sueños incluso pensamos – Dios ¿no es suficiente ya con la vida real? -.

Creo que Dios tenía otros planes para decirme algunas cosas; tal vez sea porque siempre estoy «muy ocupado» o porque me distraigo con facilidad, pero sumemos mi forma de dormir como una piedra inamovible y mi continua distracción durante las horas despierto y entonces encontrarán lo sencillo que es pensar que Dios me hable mientras duermo.

Para no hacer el cuento largo, les voy a contar los primeros sueños, que al final pueden parecer algo sutiles.

– En el primer sueño, lo único que puedo recordar es una mano colocando una tarjetita en un espejo en el cual yo me reflejaba y que tenía escrito simplemente «Juan 16:33». En cuánto desperté algo atareado, busqué la cita que muchos de nosotros conocemos «Estas cosas os he hablado para que en Mí tengáis Paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, Yo he vencido al mundo». Mi primera reacción fue, pues yo no tengo ninguna aflicción, al menos no una presente. Pero entonces, una joven del templo comenzó a tener problemas y sentí en mi corazón compartirlo con ella porque sabía que tal vez esa palabra no era necesariamente para mí, o al menos no para ese momento.

– El segundo no fue precisamente mi sueño, sino el de mi esposa. Como les he contado, mi sueño es muy profundo, así que es complicado que me despierte a media noche. Sin embargo, esa noche  estaba un poco intranquilo, no por nada en particular, pero entonces escuché a mi esposa decirme que había tenido pesadillas. Me relató que en su sueño, estábamos en la Iglesia y que mucha gente afuera estaba gritándonos e insultándonos, con la firme intención de lastimarnos. Simplemente la abracé y nos quedamos dormidos. Aún no ha pasado algo necesariamente así de drástico, pero en días subsecuentes mi esposa ha tenido ciertas diferencias con amigos que no son cristianos porque no entienden la esperanza que ahora habita en su corazón. Por otro lado, los problemas con los jóvenes se acrecentan, nuestros ojos son abiertos a una sociedad cada vez más agresiva ante lo que no comulga con lo que ellos creen o piensan. Dios nos está preparando para dejarlo todo por su Nombre. Jesús dijo en Mateo 16:25 «Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará».

– El tercero y último sueño ocurrió apenas ayer por la noche. Por alguna razón, mi esposa y yo estábamos cautivos en un centro donde había más cristianos. Por fortuna todos estábamos juntos, sin embargo, cada cierto tiempo se realizaba un sorteo para que alguien fuera sacrificado por su Fe pero nunca nos quedábamos presentes hasta que un día, el nombre mencionado fue el mío. Los métodos que utilizaban estas personas eran distintos; el que se eligió para mi sacrificio fue la horca. Recuerdo haber subido sobre una silla, con la vista hacia la pared, sentí la soga rodear mi cuello. Cuando estaban a punto de quitar la silla para matarme, descubría un agujero en la pared, un espacio muy pequeño que además tenía un par de clavos enormes, pero lo suficientemente grande para meter mis manos y sostenerme, evitando así la muerte. Al principio no quería meter la mano, me dolía, pero cuando no hubo más opción, metí la mano y los clavos se enterraron en mis manos, pero no morí, al menos no en mi sueño.

Cuando desperté, seguía con la sensación de estar presionando mis manos contra los clavos y respirando agitadamente. Conforme pasaba el tiempo, le conté este sueño a mi esposa, a quién entristeció un poco que pasara algo así, aunque fuera en mis sueños.

Y entonces le pregunté a Dios qué significaban todas estas cosas, estos sueños de tribulación y muerte. La respuesta fue clara a mi corazón, hemos de padecer ciertamente, pero esos clavos en la pared que evitaron mi muerte, fueron los mismos clavos en las manos de Jesús. Una muestra clara de que, cuando se presenten tiempos violentos, cuando se cumpla el sueño de mis esposa y nos persigan, cuando nos sintamos solos porque nuestros amigos no comprenden nuestra Esperanza, cuando incluso la familia se vuelque en contra nuestra, la Cruz siempre será suficiente.

Y para cerrar con broche de oro, después de pensar todo esto y levantarme, recibo un mensaje en mi celular, de aquella joven de la que hablé al principio, que está padeciendo tribulación y luchas que decía «mientras hablábamos, escuché la voz de Dios – sufrirás por mi Nombre -.

La lucha en este mundo es real, la persecución es real y tal vez no hayamos padecido aún, pero Dios está preparándonos para poder soportar su Eterno peso de Gloria. Él ya padeció en la Cruz, el ya cargó todo el pecado, el dolor y la enfermedad ¿qué haces queriendo pagar una deuda que ya fue pagada con su Sangre?

Deja un comentario